Sobre la importancia de crear rutinas (y no estar todo el día en pijama)
Os dejamos un artículo de nuestras compañera Laura Llamas (GrupoLaberinto) en la revista Vogue
Cuando teletrabajas y no tienes que salir de casa –ni tienes programada ninguna videollamada–, puede resultar muy tentador permanecer en pijama TODO el día. “Total, si nadie me va a ver”, se suele decir justificando esta decisión que tiene nombre propio (el síndrome del pijama, lo llaman). El primer día, puede estar bien. El segundo, a lo mejor también. Pero cuando la situación se alarga y se encadenan varios días trabajando en casa, lo idílico deja de serlo. Porque por muchos memes que hayan llegado a nuestros grupos de WhatsApp estos días ironizando sobre el tema pijama/chándal 24/7, la realidad es que no estar todo el día en pijama tiene unos cuantos beneficios que van más allá del plano meramente estético. Y no, no lo decimos nosotros por vocación, lo decimos haciéndonos eco de lo que los psicólogos y expertos en bienestar explican con argumentos de peso. Porque quitarse el pijama tiene una serie de consecuencias REALES en nuestros procesos cerebrales.
Desactivar el modo pijama activa los niveles de estrés necesarios para concentrarnos mejor
Y no, no es una frase hecha. Está comprobado que hacerlo genera respuestas fisiológicas que tienen consecuencias directas en nuestro comportamiento. Así nos lo explica la coach Mónica García, fundadora de El Factor Humano: “Podemos decir que la mente tiende a crear ‘modos de funcionamiento’: modo vacaciones, modo pijama, modo trabajo… Estos modos se asocian un tipo de circunstancias o situación, incluyendo todos los detalles de esta situación: colores, olores, temperatura, personas, ropa, momento del día y y nivel de estrés. Precisamente el nivel de estrés es el que es de relevancia cuando queremos trabajar desde casa, ya que para activar la concentración y la capacidad de resolución o creatividad necesaria para nuestro trabajo, es necesario un cierto nivel de estrés. De lo contrario, lo dejamos para después. Estos modos también los podemos llamar condicionamientos. Es decir, dadas unas condiciones concretas nuestra mente crea un cierto nivel fisiológico (segregando unas u otras hormonas) y de comportamiento (reacciones automáticas). El recrear condiciones del ‘modo trabajo’, como vestirnos con ropa similar a la que llevamos a la oficina, ayudará a nuestra mente a enviar las señales necesarias y activar el nivel de estrés adecuado para la actividad que vamos a realizar”, explica la experta.