Reseña sobre el curso Apego A de Arwen Caban
El pasado 24 de enero asistimos al curso Apego A, de la serie de cursos sobre apego qué imparte la profesora Arwen Caban en GrupoLaberinto.
Os dejamos una breve reseña de lo aprendido ese día
La consolidación de un Apego Seguro en la infancia aporta confianza y seguridad en uno mismo (y seguridad en el entorno), y por tanto el desarrollo de una buena autoestima y buena capacidad para poder explorar el mundo; permite conocer las propias necesidades y saber cuidarse y pedir ayuda; permite el establecimiento de relaciones saludables, cercanas e íntimas; vivir en el presente, etc.
En ocasiones existen ciertos factores o circunstancias que dificultan la construcción de un apego seguro. Éstas podrían encontrarse bien en el cuidador, bien en el bebé o bien en la relación entre ambos. La presencia de apego inseguro en el cuidador primario, historia de trauma (tanto en el cuidador como en el bebé), problemas de salud (en el cuidador o en el bebé), dificultades laborales, familiares, etc. son algunas de las barreras en la formación de un apego seguro.
La construcción de un apego seguro se apoya en el desarrollo de tres pilares principales: la regulación, la conexión y la exploración.
- Regulación. El ser humano no nace con la capacidad desarrollada de regular sus propios estados emocionales y su propio sistema nervioso, sino que es un arte que se aprende en relación. Para poder aprender a autoregularnos, inicialmente tenemos que contar con un adulto que se encuentre regulado, alguien que desde la calma y la tranquilidad (al menos desde la suficiente calma y tranquilidad) pueda ir co-regulando al bebé/adolescente/adulto. En este proceso de co-regulación se va interiorizando una suerte de autoregulación, que se irá construyendo progresivamente en relación.
- Conexión. El apego seguro se construye en el contexto de una relación emocional sostenida y duradera en el tiempo, accesible y disponible, que provea de consuelo, seguridad, agrado y placer. Una relación en la que uno es visto, mirado y sentido por un otro que le acompaña y le ayuda a poder comprender y conectar con uno mismo y con sus propios estados mentales.
- Exploración. El desarrollo conjunto de la capacidad de regulación y de conexión provee de la confianza y libertad suficiente como para poder explorar el mundo, y a la vez tener la certeza de que se puede volver en busca de consuelo y protección.
En función de cómo haya sido el desarrollo de estos pilares, hablaremos de 4 tipos diferentes de apego: apego seguro, apego evitativo-distanciante, apego ansioso-preocupado y apego desorganizado. Cada uno de ellos presenta dificultades en algunos o varios de los pilares para el desarrollo de un apego seguro, desarrollando diversas maneras de regularse, conectarse con otros y explorar el mundo, que determinaran la construcción de relaciones con el mundo que les rodea y con ellos mismos. Los problemas que surgen de la construcción de un apego inseguro, no solamente tienen que ver con la ausencia de algunas de estas capacidades, sino también con otro tipo de construcción sobre el mundo y sobre un mismo que se realiza desde estas primeras vivencias.
- Apego seguro: mantienen relaciones de intimidad e interdependencia, relaciones de mutua confianza.
- Apego evitativo-distante: el menor no se siente aceptado o querido por sus cuidadores, sus necesidades emocionales no son atendidas, potenciándose así la sensación de que se las tiene que arreglar por sí solo, evitando también la intimidad en las relaciones. Es más probable que presenten síntomas físicos, somatizaciones, distimia, sentimientos de soledad, etc.
- Apego ansioso-preocupado: cuentan con cuidadores que se encuentran más pendientes de sus propias necesidades y emociones que en las del bebé, los cuales tienden a culparse a sí mismo de la falta de cariño y valoración recibida. Presentan importante sufrimiento en las separaciones y dificultad para poder volver a la calma por sí mismos. Suelen presentar sintomatología ansiosa, miedos, inseguridades, preocupaciones, baja autoestima y dificultades en la exploración.
- Apego desorganizado: han sufrido experiencias de maltrato, negligencia, en las que el cuidador es fuente de consuelo y de terror simultáneamente. Presentan grandes dificultades para integrar la experiencia, para mantener relaciones de intimidad y para la expresión emocional, entre otros. Presentan una elevada comorbilidad con diagnósticos de trastornos de personalidad, trastornos de la conducta alimentaria, trastorno obsesivo-compulsivo, adicciones, autolesiones, etc.
Por tanto, la calidad de la relación que se establece con nuestros cuidadores, la manera que tienen de atender nuestras necesidades, de acompañarnos, de fomentar nuestra exploración, determina en gran medida la manera en que nos relacionemos con nosotros mismos y con el entorno que nos rodea. Por ello resulta central y de vital importancia poder trabajar desde esta perspectiva en terapia, poder tener en mente este proceso de aprendizaje para poder en la relación terapéutica co-construir y re-construir juntos una relación de apego seguro.
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