Os dejamos un articulo publicado en EL PAIS el pasado 24/04/19 donde participa nuestra compañera María Victoria Sánchez en una reflexión sobre el autocuidado la dieta y el ejercicio físico.
Psicología y neuroestimulación contra el sobrepeso: cuando la dieta y el ejercicio no valen
Cambiar la relación con la comida, diferenciar la gula y la ansiedad del hambre o modificar la segregación de hormonas son algunas de las técnicas que combaten problemas como la obesidad cuando nada más funciona.
Más de 27 millones de españoles con exceso de peso. Estas son las mareantes cifras que prevé una investigación del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas de Barcelona (IMIM) para 2030, tras revisar medio centenar de estudios sobre obesidad y sobrepeso. Si nos vamos a datos actuales, la segunda edición del Congreso Nacional del Laboratorio Clínico reveló otros datos preocupantes. En los últimos 25 años, la prevalencia de obesidad en España se ha duplicado, pasando de 7,4% al 17%. La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición estima que el 53% de la población adulta está por encima de su peso. Y los expertos lo tienen claro: se debe tratar como una enfermedad, no como un problema estético. No es para menos: según los resultados del IMIM,las posibilidades de desarrollar un cáncer se multiplican por 12 en las mujeres obesas y por dos en los hombres, y el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular es cinco veces mayor; además, supone el 7% del gasto sanitario total en la actualidad y se elevaría a un sobrecoste de 3.000 millones de euros para el sistema de salud en 11 años.
Y es que la sanidad resulta fundamental a la hora de combatir el problema. La solución pasa, principalmente, por las dietas y el ejercicio, unas pautas que pueden venir determinadas desde la atención primaria. “Se puede empezar desde lo más sencillo, acudir a su médico de cabecera, que le pueda hacer algunas recomendaciones, e ir viendo si puede seguirlas”, aconseja Mª Victoria Sánchez, psicóloga clínica y directora de GrupoLaberinto. Sin embargo, muchas veces esto no basta, y otros factores pueden interferir. “En la consulta nos encontramos con mucha frecuencia personas que se plantean metas que nunca llegan a alcanzar, o que consiguen, pero no logran mantener”, explica Sánchez. Pilar Conde, directora técnica de Clínicas Origen, añade otras razones: “Se engorda a veces por no haber podido superar un episodio traumático de nuestra vida, como una muerte cercana o una pérdida sentimental, lo que se conoce como Obesidad Psicógena Reactiva; o por tratar de controlar nuestra ansiedad mediante la ingesta desmesurada de comida, es decir, Obesidad Psicógena de Desarrollo”. En estos casos, la comida funciona como relajante, disminuye la ansiedad. Algo así como los perros de Pavlov, pero a la inversa: en lugar de responder al sonido como anuncio de la comida, el paciente adivina en los alimentos el alivio que necesita. “Comer algo que nos gusta nos aporta un refuerzo y, además, de manera inmediata. Si la persona llega a percibir esto, y lo asocia, puede empezar de manera progresiva a realizar mayor ingesta alimentaria”, cuenta Conde. Y también tranquiliza: “Por supuesto, no pasa nada si de vez en cuando, al sentir cierta inquietud o malestar, nos dedicamos a picar entre horas o nos tomamos un postre a media tarde. Lo preocupante y lo que hay que vigilar es la repetición de estos comportamientos, porque pueden conducirnos hacia trastornos de la alimentación, graves y peligrosos”.