ENTREVISTA A BELÉN SÁNCHEZ. OPOSITORA M.I.R
Belén es médico con especialidad en medicina interna. En medicina interna se atiende los problemas de salud complejos y que los especialistas no pueden abordarlo. Se enfoca desde una visión global e integral del paciente. La formación es de 5 años.
Oposición, año y número de plazas.
Realicé la oposición del M.I.R en el año 2012. Había unas 14 mil plazas.
No es difícil ser médico, hay una plaza para cada dos, pero es difícil hacer lo que quieres y dónde quieres. En mi caso, mi objetivo era hacer medicina interna y mi nota fue de 3078, que equivale aproximadamente a un 6. Pude optar a lo que quería, ya que no es una de las especialidades más demandas, aunque la moda cambia por años.
Terminé el curso en junio, y me presenté en enero. En 6º empezaba a ir a clases, pero para mí era más importante sacarme el curso y luego las oposiciones. El último año, me dedicaba a ir a clase en la academia opositora y atendia. A mí siempre me ha ayudado atender en clase, para estudiar después.
Por qué decidiste opositar
Las salidas de un médico, son limitadas. No te planteas un “lo hago o no lo hago”. La mayoría de los que terminamos, pensamos en opositar. Fuera del M.I.R se trabaja en revisiones en empresas, carnet de conducir, clínicas privadas… Por lo que, hay bastante competición.
La carrera fue una época más dura que la oposición, los tres primeros años tuve mucha ansiedad (tomaba orfidales, tilas…). Me costó tres años darme cuenta de que no podía seguir este ritmo. Venía de ser una chica brillante en todo: sacaba 10 y matrículas de honor. En primero, suspendí 2 y todo lo que pensaba sobre mí, cambió, sintiéndome fracasada.
Cuando me presenté al MIR ya estaba en un modo más tranquilo, y creo que fue la clave de para aprobar.
Métodos: cómo memorizar, esquemas, métodos de la academia…
El examen tiene varias partes. Empezando por la identificación de 20 imágenes de electros, placas… Otra parte tipo test, por cada 3 fallos, te restaba una bien contestada.
Las academias más conocidas en España son AMIR, CTO y la de OVIEDO.
La metodología de AMIR y CTO son parecidas.Te proporcionan un temario impreso, con esquemas y fotos. Lo que solía caer en otros años, lo ponían en negrita (ej: MIR 2010).
Luego tenía simulacros presenciales, cada 15 días, de 5 horas, como el examen oficial.
Las clases se impartían un par de veces a la semana, te explicaban el temario, te enseñaban reglas mnemotécnicas… trucos como: “a partir de una letra, asociabas con una patología” “con varias primeras letras, hacías una frase graciosa, y eran características de enfermedades”. Esto me ayudaba en el examen. Hacía juegos de palabras.
La academia de OVIEDO es la más antigua en M.I.R. Hay muchas clases, todos los días muchas horas. Se machacan los temas continuamente, es más tipo “colegio”. Quizás es bueno para personas que sean menos constantes y necesitan más supervisión. En mi caso prefería tener más libertad para organizarme.
Cómo se encontraba emocionalmente y psicológicamente
En el caso de la oposición lo viví bien, estaba apoyada por mi entorno familiar y social.
A partir de 4º o 5º, estudiaba en la biblioteca y me acostumbré a estudiar allí.
Justamente el año que oposite, mi hermano se preparaba otras oposiciones. Así que nos íbamos juntos a la biblioteca, nos despertabamos por la mañana para ir, nos acompañabamos en los descansos. Esto me ayudó bastante.
En las clases, estaba con mis amigos, y después de clase, salíamos a divertirnos y despejarnos. Algunas veces, íbamos con unas pintas.. aunque eran los mejores días.
Mis padres también me apoyaban mucho. Si tenía un mal día, no me lo tenían en cuenta. Sabían que era pasajero.Me decían que no me preocupase por no trabajar o por el tiempo, que hiciese lo que necesitase. Siempre me han educado en que no tengo que depender de nadie. La oposición era un camino para ser independiente.
Todo lo que acompaña alrededor del estudio es lo que marca, la vivencia de este momento.
En el caso de la época universitaria, fue distinto. Durante la carrera lo pase peor. Empezando porque todos los que entramos en medicina somos gente de sobresaliente o matrícula y necesitas una nota alta para entrar. El concepto que tienes de tí es de el chico o chica de los sobresalientes o matrículas. Además, no solo para tí, sino para tu entorno familiar. Al empezar los primeros exámenes te das cuenta que no eres el único que saca buenas notas o que es inteligente, incluso hay algunos que no necesitan estudiar tanto.
Yo dedicaba mucho tiempo al estudio, meses antes me preparaba los exámenes y luego veía que no obtenía los resultados para lo que había estudiado. El estudiar tanto y los nervios, hacía que se me olvidará.
Fue una lucha interna de dos años, para darme cuenta que no podía seguir así. La forma de estudiar no era la adecuada, la ansiedad no me ayudaba, y el sentimiento de fracaso tampoco.
Al final, encontré un equilibrio: preparar los apuntes bien, ayudarme con bibliografía y luego memorizar un mes antes. Sobre todo, acepté que no era la chica de los sobresalientes y me acepté a mi misma.
La clave para conseguirlo es estar emocionalmente estable y tener apoyo de familiares y de amigos/as.
Cómo era el día a día: equilibrio vida profesional y del opositor. Tiempo libre. Trabajo.
Mi vida era un 25% ocio; 75% MIR. El tiempo de ocio era poco, pero el que tenía lo disfrutaba y nunca me lo saltaba. Algunos compañeros tenían que trabajar o tras intentar varias veces entrar en alguna especialidad, decidían ponerse a trabajar. Creo que es difícil subir nota, o estudiar el primer año y trabajar a la vez. En mi caso pude dedicarme a estudiar y emocionalmente sí me sentí equilibrada.
La parte más importante, son los meses antes, yo no tuve ninguna situación que me desconcentrara de mi objetivo. En otros casos, sí que he visto que surgen problemas de pareja o familiares, y esto lo hace más difícil.
Hábitos y planificación.
Al principio tenía 2 días de descanso, en el último mes una tarde de descanso, y conforme te acercabas 1 día. Estos descansos eran los pautados por la academia.
Solía estudiar unas 8 horas al día: 4 por la mañana y 4 por la tarde.
Los días de academia la incluía dentro de esas 8 horas diarias.
Me organizaba la materia, según lo que la academía me indicaba.
Ejercicio físico, alimentación y sueño
Es una época en la que pasas mucho tiempo sentado estudiando. Y el cerebro te pide mucha azúcar, por lo que es fácil ver a un opositor con una bolsa de chuches. Sales del descanso y te vas al chino a comprar lo más azucarado posible. Yo no hice mucho deporte, pero mis amigos que lo hicieron les sirvió, y pienso que es totalmente necesario. Engordé 5 kg. en 6 meses. Físicamente no es nada sano. Es bueno ponerte el deporte físico como parte del calendario del estudio, para despejar la mente, estirar la espalda y no estar en la postura de estudio… y cuidar el cuerpo: “es todo cerebro, y nos olvidamos del resto de necesidades corporales”.
Durante el MIR dormía 7 u 8 horas al día. Dormía bien, sin problemas.
Momentos bajos que recuerda.
Todo fue bastante estable. Era una oposición de junio a enero, algo muy definido.
El único momento más duro fue en Navidades. Estás a solo un mes del examen y hay muchas festividades. Mi familia suele pasar nochebuena en otra provincia. Si dedicaba un día en ir y volver, perdía un día de estudio del planning. Además, iba a ser difícil estudiar con los primos y la familia de fiesta. Decidí quedarme, y eche de menos vivir las fiestas. Aunque mi madre se quedó conmigo acompañandome y fueron unas navidades puntuales.
Consejos que le darías a futuros opositores. “Fórmula mágica”.
Reclamaría becas para personas opositoras, igual que las de la carrera. No todo el mundo tiene la oportunidad de que le ayuden economicamente.
Para mí, los elementos claves son el apoyo emocional familiar y de amistad.
Mi fórmula mágica: disciplina, respetar descansos -sobre todo en oposiciones largas- y hacer ejercicio.