ENTREVISTA A MARÍA VICTORIA SÁNCHEZ. OPOSITORA PIR AÑO 2008
María Victoria Sánchez López es Psicóloga Especialista en Psicología Clínica (vía P.I.R). Directora de Grupo Laberinto Psicoterapia para la Salud. Preparadora examen P.I.R 2009-2017 y docente Máster Psicología Universidad Internacional de la Rioja (U.N.I.R).
Oposición, año y número de plazas
María Victoria obtuvo una plaza P.I.R de psicólogo interno residente, en el año 2008, se presentaron al examen 2338 personas, habiendo 126 plazas disponibles. Actualmente, ha conseguido plaza para la categoría de Facultativo Especialista en Psicología Clínica en el Hospital 12 de octubre en Madrid: se presentaron 467 personas y se disponía de 15 plazas.
¿Por qué decidiste opositar?
En los 3 primeros años de licenciatura, las asignaturas eran genéricas y no adquirí un hábito de estudio. Había muchas diferencias en mis notas, en el rendimiento y en la motivación de las asignaturas. Unas las aprobaba con la nota justa, otras tuve que volver a presentarme por estar suspensa y las que me interesaban tenía muy buenas notas como antropología o filosofía.
Los 2 últimos años di un salto cualitativo en el estudio y mejoré mis notas, gracias a que las asignaturas estaban relacionadas con psicología clínica, que era mi gran motivación. Cambié la forma de estudiar, la asistencia, atención e interés en las clases. Sobre todo, me motivaban las clases de profesores con experiencia clínica que nos enseñaban casos clínicos. Me resultaba curioso que algunos docentes impartieran asignaturas en las que no tenían experiencia directa.
Si hubiera sabido que la nota final de la licenciatura era importante para las oposiciones P.I.R, me hubiese esforzado más con total seguridad, me hubiera ayudado el tener más nota media, y hubiera tenido mejor preparación de base antes de preparar el examen.
Durante el cuarto año de licenciatura, escuché algo sobre las oposiciones P.I.R y el trabajo como Psicólogo Clínico en hospitales públicos. Supe que era lo mío, a lo que me quería dedicar. Además, la formación P.IR es muy completa, rotas por diferentes dispositivos viendo casos de trastornos graves, adicciones, interconsulta… entre otros. La más amplia gama de cuadros psicopatológicos sólo se ve realizando el P.I.R. Se ven todas las poblaciones (niños, adolescentes, adultos, tercera edad) en diferentes formatos (individual, familiar, grupal y multifamiliar). Nada más terminar, decidí empezar a prepararme.
No saqué plaza a la primera convocatoria. La primera vez, estudié unos meses y me familiaricé con el material y el examen. Después, fue la época que estudié más en toda mi vida, sin duda.
Estaba muy motivada, y aunque el esfuerzo fue muy grande (estudiaba de media 8 horas al día) sino hubiese conseguido plaza, lo hubiese seguido intentando. Merece la pena invertir en formarte para lo que tú quieres trabajar durante toda tu vida laboral.
Métodos: cómo memorizar, esquemas, métodos de la academia…
Al principio me costó, pero con el tiempo cogí el ritmo rápido. A mí me ayudaba mucho, organizar lo que tenía que hacer por horas. En cada hora tenía un tema que estudiar de la asignatura de esa semana. No era cuestión de decir “hoy tengo que estudiar un tema, a ver cuánto tardo”. Si tenía una hora para ese tema, le dedicaba ese tiempo y pasaba al siguiente. En esa hora, lo leía muchas veces, porque es un examen con mucho temario. Pero si no daba tiempo, no me quedaba atascada en eso, ya volvería en los repasos posteriores. Es muy importante, ir avanzando. Si sólo avanzas si te lo sabes todo perfecto, no se estudiaría ni el 10% del temario. Te sabrías muy bien quizá el 10%, pero con eso no tienes opción a plaza.
Un ejemplo sería:
Empezaba la primera hora con psicopatología y me estudiaba los tres primeros temas (leyendo una y otra vez), luego me los repasaba, y a la siguiente hora seguía con otro tema. Siempre, usaba el repaso entremedio. Para mí, los repasos fueron muy importantes. También integraba conocimientos, si en Psicopatología había algo sobre la Psicobiología del sueño, me iba después a la asignatura específica de Psicobiología y me leía el tema del sueño, para ver qué me aportaba de nuevo a lo que estaba estudiando.
El hacer preguntas fue otro método esencial. Diría que es el 50% del éxito de las oposiciones. Te da conocimientos sobre lo que preguntan en los exámenes y de qué forma. El examen P.I.R existe desde 1993, yo me sabía todas las preguntas desde el inicio. Es decir, las había leído y buscado en los materiales, me marcaba en los temas lo que había caído y hacía varias vueltas a las preguntas. Es una forma de estudio. Los momentos en los que repasaba las preguntas era al final del día o el fin de semana que estaba más cansada. Y aquellas preguntas que estaban relacionadas con lo que estudiaba ese día o semana.
El resumen sería: Leer los temas, hacer esquemas, repasar lo estudiado y trabajar con las preguntas.
En la fase final, antes del examen P.I.R, no me había dejado ninguna materia por estudiar, pero le dedicaba más tiempo a las preguntas que tradicionalmente habían caído más.
Otra técnica que me ayudó fue subrayar por colores jerárquicamente: el titulo tenía un color, los subtítulos el mismo color, y las palabras claves en amarillo fosforito.
Para la segunda oposición, seguí el mismo método de estudio. Tenía mucho menos tiempo porque ya estaba trabajando, pero me siguió funcionando.
Cómo se encontraba emocionalmente y psicológicamente
No lo recuerdo especialmente estresante. La recta final (2 últimos meses) fue lo más intenso, aumenté las horas de estudio a 10 horas. A final del día era frecuente el dolor de cabeza, así que cogí como rutina dar un paseo de media hora, y esto solía ser suficiente. El cerebro necesitaba descansar, y activar el cuerpo suele ser de ayuda.
Yo estaba contenta, no tuve problemas de tensión. Fue una época estable, no hubo grandes cambios o preocupaciones en mi entorno. Esto seguro que facilitó que mi nivel de concentración fuera lo más alto posible.
Momentos bajos que recuerda
Había que aprender a tolerar la frustración de que tenías una asignatura por semana y no daba tiempo a terminarlo como me gustaría. A veces, tenía la sensación de que no me lo sabía, pero confiaba en que estaba reteniendo la información y que el día del examen esa información iba a estar disponible. El leer una y otra vez el tema, repasar y estudiar las preguntas facilitaba esta sensación.
Cómo era el día a día: equilibrio vida profesional y del opositor. Tiempo libre. Trabajo, hábitos y planificación.
La planificación era anual pero tenía flexibilidad para cambiarlo. El plan de estudio estaba organizado por días y por horas. Siempre era el mismo horario. Me levantaba a las 9, desayunaba y a las 10 estaba estudiando hasta las 14 de la tarde. Entremedias, hacia una pausa, y daba un paseo, bebía agua, tomaba una fruta. A mediodía, comía y dormía una siesta. Luego, estudiaba otras 4 horas. Todos los días introducía un paseo de una media hora. Esta rutina la seguía todos los días, estudiando en casa. Tuve la suerte, que no todo el mundo podía, de dedicarme plenamente al estudio. No tenía exigencia familiar o económica que tuviera que atender.
Con respecto a los descansos eran de un día completo, pero si estaba muy cansada esa semana me daba mediodía más. El móvil lo tenía en otra habitación, solo lo miraba en los descansos. Mis amigos estaban avisados de mi horario de estudio para que no me llamasen hasta el descanso. Así, no tenía la tentación de ir a mirarlo.
En el equilibrio de la vida personal y opositora, intentaba entre semana salir por el barrio, pero sin acostarme tarde. Los fines de semana, salía a tomar algo, a bailar… No se me hizo pesado, me gustaba mucho lo que estudiaba y tenía plena confianza en que iba a merecer la pena.
Ejercicio físico, alimentación y sueño
La alimentación era equilibrada, no me saltaba ninguna comida. Las comidas principales eran platos de cuchara (comidas de madre, indispensables para rendir al máximo) o pasta, carnes y verduras. Y entremedias, frutas.
El sueño lo llevaba bien, no me acostaba tarde y mínimo dormía 8 horas. La siesta me sentaba muy bien, sobre 1 hora, aunque quizás es mejor algo menos de tiempo.
Mi nivel de energía era alto.
Ayuda complementaria
No me hizo falta, con la alimentación y el descanso fue suficiente.
¿Qué aprendiste en este periodo?
Recuerdo esta época con cariño. Pocas cosas cambiaría de mis métodos. Después de sacar plaza, me dediqué a preparar opositores P.I.R. Por ejemplo, hay estudiantes que no repasan o no trabajan lo suficiente con las preguntas, o que tienen grandes niveles de estrés. Esto les puede influir en el rendimiento, seguro.
Consejos que le darías a futuros opositores. “Fórmula mágica”.
Tener un material de base (manuales y ampliación con los originales), organizar y planificar a largo/medio/corto plazo todas las materias. Esta organización que sea proporcional a la importancia de la materia. Incluir repasos cada x temas y el trabajo con preguntas. Mantener sueño, alimentación y descanso. Y confiar en uno mismo.
Laura Llamas. Psicóloga.
Programa Alto RendimientoGrupoLaberinto Psicoterapia para la Salud.
laurallamas@grupolaberinto.es