MI REINO POR UN BALCÓN
Os dejamos un artículo de nuestra compañera Marta de la Peña (GrupoLaberinto) en la revista ELLE
Dicen que el dinero no da la felicidad, pero no es lo mismo pasar una cuarentena en la mansión de Justin Bieber piscina incluida (¿o piscinas?) a hacerlo en 28 metros cuadrados que dan un patio de manzana interior. Y sin llegar a esos extremos, no es lo mismo disfrutar de espacio o luz natural que no tenerlo estos tiempos. Un estudio de 2019 de la Universidad Brigham Young mostraba que cuanto más positivos nos sentimos acerca de nuestros hogares, más saludables pueden ser nuestras interacciones en el hogar.
Balcones, terrazas y en el grado más alto de envidia, jardines, se han convertido en el bien más preciado durante la pandemia. Durante años, el “location, location, location” parecía mandar sobre otras prioridades. Pero después de una cuarentena (que tiene pinta de doblar esos 40 días de encierro), los metros, la luz natural y el espacio exterior pueden empezar a importar en la elección de nuestras casas. Los expertos nos dan sus claves y contamos la experiencia de pasar la cuarentena en mini pisos interiores y exteriores, pisos, un ático y una casa de campo.
La luz natural
Marta de la Peña, psicóloga de Grupolaberinto explica que la evidencia científica (Gatón Moreno, M. A., González Torres, M. A., Gaviria, M., 2015) sugiere que la luz influye sobre nuestro estado de ánimo, de manera que en las estaciones del año de mayor luz ambiental como primavera y verano tendemos a estar más animados. “Algunas evidencias han llegado a relacionar la presencia de síntomas depresivos con una falta de luz adecuada”, asegura.
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