Os dejamos un artículo que nos han publicado en control-parental.es, sobre el uso y tiempo que dedicamos a las pantallas
La resaca del confinamiento por adicción a las pantallas
Por qué, cómo y cuándo parar: Consejos para combatir la adicción a las pantallas este verano
Las nuevas tecnologías han sido nuestras mejores aliadas para ayudar a nuestros hijos a afrontar la situación de confinamiento. Han constituido la vía para que los niños pudieran mantener las conexiones sociales con amigos y familiares. Además de proporcionar recursos lúdicos casi infinitos. Por no hablar de su enorme utilidad para garantizar la continuidad del curso escolar a través de la educación a distancia. En suma: el uso y abuso de las TIC han estado más que justificados. No obstante, los psicólogos advierten que en ciertos casos se han convertido en un arma de doble filo, generando ahora en algunos niños síntomas de dependencia, impulsividad y desregulación emocional.
El lado oscuro de las pantallas
Cuando hablamos del lado oscuro de internet, por lo general no es para referirnos a la Dark web, sino a los perjuicios que puede generar en cualquier hijo de vecino. En usuarios que muchas veces son niños que hacen un uso no supervisado y abusivo.
“La irrupción de smartphones, tablets o televisores sin ningún filtro en la vida de los niños, perjudica su desarrollo, su salud y su creatividad” aseguran desde el centro de psicología y psicoterapia Grupolaberinto, compuesto por más de diez psicólogos y psiquiatras. Desde allí nos recuerdan los riesgos del uso en excesivo de pantallas, amparado en diferentes investigaciones:
-El excesivo tiempo dedicado a las pantallas afecta a su desarrollo psicológico y su capacidad de aprendizaje, y está directamente asociado a diversas enfermedades, como la obesidad infantil y la diabetes tipo 2; elevando el riesgo de padecer en la edad adulta enfermedades cardiovasculares, hipertensión e infartos. Como consecuencia de la falta de ejercicio, también por la publicidad de alimentos a que se ven expuestos. Y porque cuando se come viendo la televisión, la ingesta total aumenta.
A pesar de que pueda resultar muy tentador utilizarlas “para que nos dejen un rato tranquilos”, se recomienda que los bebés no interactúen con el móvil ni con ninguna otra pantalla al menos hasta los dos años. Y a partir de esa edad y hasta los cinco, cuanto menos mejor y nunca más de una hora al día.
-Una mayor exposición a las pantallas en los niños está asociada a problemas de autocontrol, déficit de atención, problemas de ansiedad, mayores niveles de depresión infantil, insatisfacción con la imagen corporal y mayor fracaso escolar.
-Si bien es cierto que algunos videojuegos o aplicaciones se han asociado a beneficios como el desarrollo del razonamiento visoespacial, la capacidad de resolución de problemas o la creatividad, entre otros; En general la utilización poco racional de estos aparatos fomenta la pasividad en los niños, reduciendo su actividad física e impidiendo el desarrollo de la capacidad imaginativa de la infancia. Asimismo, resta tiempo para interactuar con otras personas, y para el juego, esencial para el desarrollo de la inteligencia, el aprendizaje y las habilidades sociales.
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