ALEJANDRO VILLENA: Coordinador de la unidad de Salud Sexual y Sexología Clínica de la consulta DR. Carlos Chiclana. Es coordinador del grupo de trabajo, estudio e investigación en sexualidad de la consulta DR. Carlos Chiclana. Desarrolla su tarea de investigación en el área de la sexualidad y ha presentado sus resultados sobre las consecuencias del consumo de pornografía en congresos y revistas internacionales (WAS, SEMP, JOURNAL OF SEXUAL MEDICINE…) Y de modo divulgativo en medios de comunicación (Telemadrid, ABC, Ondamadrid, Radio Extremadura…). Ha desarrollado estancias de formación en diversas instituciones españolas como hospitales hm, Clínica Complutense, Malagapsico y Sanyres. Es miembro del equipo de asesoramiento clínico de la plataforma www.daleunavuelta.org; forma parte del grupo de trabajo, estudio e investigación en Psicología Cognitivo Analítica de la consulta DR. Carlos Chiclana posee formación en MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction) por la Fundación Autónoma de Madrid. Es miembro del equipo de desarrollo y lanzamiento de la aplicación móvil para psicólogos Psicopocket. Es integrante del programa de atención a domicilio de la consulta DR. Carlos Chiclana.
¿Qué sabemos de la sexualidad?
Sabemos menos de lo que creemos. A pesar de la gran cantidad de información sexual con la que nos inundan los medios de comunicación, los spots publicitarios, la literatura o el cine; hablar de sexualidad, sigue siendo un tema tabú, una asignatura pendiente de nuestra sociedad moderna.
Hablar de sexualidad no implica hablar únicamente de sexo o de prácticas sexuales, de hecho, La Organización Mundial de la Salud define la sexualidad como:
“Un aspecto central del ser humano presente a lo largo de toda su vida que abarca el sexo, las identidades, los roles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. Se vive y se expresa en pensamientos, fantasía, deseos, creencias, actitudes, valores, comportamientos, prácticas, roles y en relaciones interpersonales. A pesar de que la sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no todas ellas se viven o expresan siempre. La sexualidad está influenciada por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales económicos, políticos, culturales, legales, históricos, religiosos y espirituales.”
Pero el problema no es solo que el sexo sea el único protagonista. El problema va in crecendo cuando, prácticamente, los únicos modelos sexuales de la población son los vídeos pornográficos, donde los más jóvenes tratan de aprender sobre el placer y sobre fantasías sexuales de una industria diseñada para generar dinero, no para educar a la población en el ámbito sexual. Además, seguimos infravalorando la sexualidad de la mujer, objetificando sus cuerpos y degradando su dignidad como seres humanos, entre otras barbaridades que nos hacen retroceder al Paleolítico.
¿Qué problemas existen en relación a la sexualidad en las últimas décadas?
Aunque pueda parecer que vivimos la mayor revolución sexual, no es del todo cierto. Si analizamos datos estadísticos como, por ejemplo, la frecuencia de relaciones sexuales en comparación con otras generaciones anteriores, las veces que una persona tiene relaciones sexuales en un mes es bastante menor que en otras épocas.
Esto puede tener varias explicaciones: el estrés laboral, la incorporación de la mujer al trabajo, la gestión del tiempo, el miedo al fracaso sexual en una sociedad que se alimenta de éxitos, la falta de formación en sexualidad, las falsas expectativas que nos crean los medios de comunicación, el culto al cuerpo, etc.
Aun así, las tradicionalmente conocidas como disfunciones sexuales (problemas de erección, de eyaculación precoz, de lubricación, de deseo, etc.) siguen desempeñando un papel importante dentro de la psicopatología sexual de las personas.
En el año 2011, 1 de cada 10 jóvenes, 4 de cada 10 adultos de mediana edad y 6 de cada 10 adultos de avanzada edad tenían problemas de erección, cifra que va en aumento.
También el deseo sexual se ha visto muy afectado en los últimos tiempos, para las mujeres el bajo deseo sexual ocurre en un 43% aunque dentro de lo que se puede considerar patológico la prevalencia sería menor, entorno a un 10%.
No solo son las carencias o déficits en sexualidad lo que genera sufrimiento, sino que, por el contrario, el exceso de la misma también puede tener unas consecuencias realmente dolorosas para la persona, destruyendo familias, matrimonios y carreras profesionales. La hipersexualidad también afecta a entre un 3-5% de personas en el mundo. Una falta de control sobre los impulsos, deseos y fantasías sexuales. Una manera de vivir la sexualidad, que lejos de cualquier atisbo de placer, se convierte en una esclavitud para la persona que lo sufre.
¿Hay alguna solución?
“Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres” decía Pitágoras.
Si somos capaces de impartir una formación sexual de calidad y con rigor científico a nuestros jóvenes sin que sea un aburrimiento, que les haga pensar y replantearse las cosas, quizás conseguiremos prevenir multitud de problemas en la vida adulta.
Existe otra parte que tiene que ver con el miedo, con la vergüenza o el pudor con el que se trata el tema de la sexualidad. A muchas personas les han hecho creer que la sexualidad debería estar prohibida, que es algo negativo o que hablar de sexo es obsceno. Sin embargo, esta dimensión no ha desaparecido de ellos y lo único que se ha conseguido con esto es dificultar el camino para el desarrollo íntegro de la persona.
Cuanto más hablemos de sexo, de sexualidad o de anatomía sexual, más aprenderán estos jóvenes y más libres serán para poder elegir con conocimiento de causa, a su manera, dentro de un modelo vital que vaya en sintonía con sus valores, creencias, deseos, fantasías, emociones, etc. Si conseguimos que, se hable donde se hable, se trate el tema de la sexualidad con respeto, pero sin restricciones y sin prejuicios también habremos conseguido otro pequeño paso.
Desde la clínica por supuesto tenemos la responsabilidad de poder formarnos al respecto, para saber evaluar las dificultades y elegir el tratamiento más adecuado para cada persona y poder ofrecer una ayuda íntegra en el campo de la sexualidad que favorezca el trato que damos a la persona que solicita ser atendida.
Debemos reinventar y reabrir el debate de la sexualidad para que entre todos consigamos un modelo digno y sano de vivir la sexualidad, que enriquezca el resto de dimensiones del ser humano y no que, por el contrario, pueda empobrecerlas o dificultar su desarrollo aún más.
Si quieres profundizar más, el autor dará una Sesión titulada “Trastornos sexuales: claves para la evaluación y el tratamiento”
el día 15 de diciembre de 2017, en la Sede de GrupoLaberinto.
Os Esperamos
El Equipo de GrupoLaberinto