El síndrome del impostor
¿Sientes constantemente que estás haciendo un papel y que en cualquier momento las personas de tu entorno laboral, académico o social pueden descubrir que eres un fraude?
Quizás padezcas el “síndrome del impostor”, un fenómeno psicológico que muchas personas han sufrido en algún momento de su vida. Consiste en experimentar un malestar emocional recurrente asociado a la creencia de no merecer el éxito o los reconocimientos otorgados a nivel personal o laboral, atribuyéndolos a la suerte.
Suele aparecer en personas con una historia de apreciable éxito, a las que les cuesta asimilarlo o que incluso pueden llegar a sentirse culpables por ello. Creen no contar con las capacidades que realmente tienen, y experimentan un miedo intenso al rechazo asociado a ser descubiertas como impostoras.
El síndrome del impostor es vivenciado con más frecuencia entre personas con una elevada autoexigencia, las cuales tienden a fijarse metas poco realistas, que al no ser alcanzadas acaban generando sentimientos de fracaso y minusvalía.
En un primer momento se pensaba que éste fenómeno afectaba principalmente a mujeres debido a las construcciones familiares y sociales. Sin embargo, estudios posteriores han determinado que la probabilidad de desarrollarlo es similar en ambos géneros.
Cabe resaltar las consecuencias a nivel psicológico que puede conllevar padecer este síndrome, entre las que se encuentran principalmente manifestaciones de ansiedad o depresión, como signos de tensión constante, presión en el pecho, falta de confianza en uno mismo, sentimientos de culpa, ausencia de motivación, dificultades para conciliar el sueño, entre otros.
Pero… ¿cómo se puede hacer frente a este síndrome? Algunas pautas que pueden ayudarte son las siguientes:
- Acepta tus éxitos y trata de no minimizarlos atribuyéndolos a factores externos. Puede ayudarte crear un listado con todos tus logros, intentando recoger los factores personales que te han ayudado a conseguirlos. Guarda ese listado en un lugar al que puedas acceder fácilmente, de manera que cada vez que te cuestiones a ti mismo puedas rescatarlo y apoyarte en ello.
- Reduce la autoexigencia y aprende a fijarte metas realistas que puedas cumplir y que vayan aumentando la confianza y seguridad en ti mismo.
- Pon en una balanza tus fortalezas y debilidades, y trata de ver las dificultades como un reto o como una posibilidad de aprendizaje.
- Date cuenta de cuáles son los pensamientos negativos que tienes con más frecuencia e intenta crear autoafirmaciones positivas con las que puedas rebatirlos cada vez que aparezcan. También puede ayudarte pensar qué le dirías a un amigo o familiar que estuviera en tu situación, y si serías tan duro como lo eres contigo mismo.
En caso de que estas pautas no sean suficientes y te encuentres experimentando una elevada ansiedad, desmotivación, o desesperanza, sería recomendable comenzar una intervención psicológica.
Puedes consultar nuestro Programa de Alto Rendimiento (PAR), dirigido a trabajar específicamente dificultades como las que puedes estar experimentando.
El Equipo de GrupoLaberinto
grupolaberinto@grupolaberinto.es
638105132