Hay estudios que demuestran que las caricias y los abrazos con los seres queridos, se correlacionan con un aumento del nivel de oxitocina en la sangre y su secreción con el contacto físico. Este aumento de nivel de esta “hormona del bienestar” nos pone una piel impecable. Ello también explica los problemas de piel que hemos atravesado en estos meses de pandemia (acné, rojeces…) en los que apenas hemos tocado a nuestros familiares y amigos. Y es que existe una relación fundamental entre el contacto afectuoso y el aumento de los niveles de oxitocina o también conocida como “hormona de la felicidad“.
Ahora sabemos que el abrazo de un amigo o de nuestra madre o padre hace que nuestro sistema nervioso envíe una señal al cerebro que libera oxitocina y que a su vez, viaja por todo el cuerpo, a través de las células y órganos y también llega a nuestros huesos y a nuestra piel.
En ese sentido, el departamento de I+D de Beiersdorf y en el marco de la iniciativa del propósito de marca #CareForHumanTouch de Nivea, y como complemento a su recién publicado estudio internacional sobre la situación del “Contacto Físico Humano“, ha desvelado algunas conclusiones más que interesantes sobre los beneficios del contacto físico en la belleza y salud de nuestra piel.
Y es que la firma alemana lleva años estudiando la biología de la oxitocina y sus efectos beneficiosos para la piel y ha demostrado científicamente que el receptor de la oxitocina está presente en el tejido y en las células de ésta, y es completamente funcional. Sin oxitocina, las células de la piel presentaron indicios de mayor estrés y han visto que las células cutáneas obtenidas de personas que sufrían de eccema, una enfermedad común de la piel, mostraban niveles más bajos de oxitocina y de su receptor correspondiente, un hallazgo que vincula claramente la falta de oxitocina con la piel enferma.
Además, los investigadores vieron que a mayor oxitocina, mayor reducción de citoquinas, moléculas asociadas a enfermedades inflamatorias de la piel como el eccema o la psoriasis y cómo esta ayudaba a disminuir la inflamación y la sensibilidad de la piel en los sistemas de cultivo celular.
Pero eso no es todo. Además, se ha comprobado la influencia positiva de la oxitocina en los procesos de envejecimiento de la piel porque los estudios demostraron que las citoquinas también participaban en un fenómeno conocido como senescencia, es decir, el envejecimiento de las células. Y cómo los suplementos de oxitocina influyeron positivamente en la biología de las células cutáneas senescentes.