Nuestra compañera Marilo Pérez García colabora en este artículo de la revista TELVA sobre el paso de los años.
Evitar el envejecimiento es una batalla que tenemos perdida antes de comenzarla. Por eso cada vez más, los expertos en piel y en belleza y psicología abogan por el proaging, una tendencia en la que se busca envejecer de forma saludable y elegante. Nos lo cuenta la doctora Mercedes Sáenz de Santa María, dermatóloga de la Clínica Dermatológica Internacional “El pro-aging busca que nos sintamos bien en nuestra propia piel, tengamos la edad que tengamos. La clave es realizar un buen diagnóstico, para analizar los puntos débiles de cada paciente (y tratarlos cuanto antes) potenciando los puntos fuertes para embellecer nuestra piel. De esta forma y combinando de forma prudente y sutil diferentes tratamientos obtenemos ese efecto buena cara”.
Nuestra sociedad cuenta con unos estereotipos claros de belleza basados en la juventud eterna. Y continuamente se nos bombardea con este ideal de belleza a través de los múltiples productos “antiedad” o “antiarrugas” que pretenden conferir ese aspecto “rejuvenecedor”.
Sin embargo, mantener una piel o un cuerpo joven toda la vida parece una expectativa poco realista, que puede llevarnos a caer en una lucha constante contra el paso del tiempo. Y “esta es una batalla difícil de ganar, por lo que esa expectativa en algún momento se verá frustrada, pudiendo generar sentimientos de insatisfacción y baja autoestima en relación a la imagen corporal de muchas personas” nos comenta la psicóloga Mariló Pérez García, psicóloga de salud del grupo Laberinto.
Por lo tanto, es importante que tomemos consciencia de los cambios que nuestro cuerpo va a ir experimentando con los años y adoptar una postura de aceptación ante ellos. Además, debemos señalar la diferencia entre aceptación y resignación, ya que “una persona se resigna a los cambios de la edad cuando muestra una actitud pasiva, es decir, cuando se conforma pero no intenta movilizarse para estar satisfecha consigo misma mientras que una persona que acepta su cuerpo y las variaciones que éste experimenta, es aquella que reconociendo que estos cambios se van a producir, intenta buscar alternativas para seguir sintiéndose cómoda y feliz con su cuerpo”.
Esto último se correspondería con la mentalidad de proaging, que pretende aceptar las transformaciones que el cuerpo experimenta con la edad, incluso tratando de potenciarlas.